Antes de comenzar es importante detallar que en la Doma Educativa existe un orden de importancia. En primer lugar, se encuentra el bienestar del animal, que es imprescindible y, en segundo lugar, la relación que establecemos con él; ambas cosas (el bienestar y el vínculo) llevan a un equilibrio físico y mental.
Una vez conseguido este equilibrio, la Doma Educativa se basa en dos aspectos,
- En el CABALLO, en comprender lo que nos quiere decir sintiendo sus emociones, en saber escuchar y en saber observar.
Esta parte tan importante tuve la suerte de poder aprenderla de la mano de mi maestra, Lucy Rees. No me enseñó a mirar al caballo, ni tan siquiera a observarlo, ni tampoco me enseñó a mirarlo desde el corazón, lo que me enseñó es lo más grande, a percibir y sentir el interior del caballo con corazón. ¡Gracias Lucy por todo lo que me has dado!
- En NOSOTROS. Al igual que los caballos también hemos de buscar nuestro equilibrio mental y físico. Debemos conocernos a nosotros mismos, a nuestro estado de ánimo, a nuestra energía, respiración, lenguaje corporal y nuestras emociones. Ser conscientes de que todo ello influye en el caballo.
La Doma Educativa tiene muy en cuenta cinco factores,
- la autoconciencia
- la empatía
- la autorregulación
- la motivación
- el aquí y ahora
Sin estos cinco puntos básicos nunca seremos justos con los caballos. Debemos mirar y actuar con corazón.
Y por último está LA EDUCACIÓN. Entender cómo funcionan las técnicas para poder aplicarlas de manera correcta. Esto nace tras muchos años de estudio y trabajo, que me llevaron a desarrollar una forma más amable de conectar con el caballo, buscando que el mismo actúe con motivación y alegría.
La fuente de estas técnicas es la observación de los caballos tanto en libertad como en domesticación; mis conocimientos en podología, que me han ayudado a entender una parte de su biomecánica y la Equitación Conectada.
Todo esto en su conjunto es la Doma Educativa, porque el arte con los caballos no es dominarlos ni someterlos, es comunicarte con ellos.
¡Hasta la próxima!
Marc